lunes, 17 de octubre de 2011

Aun amanece gratis


3era entrada. final

(02 de Enero 2012)
Después de saber la muerte de mi padre, me quedó un nudo en la garganta, no sabía qué hacer. Mi madre se enfrentó a una lucha legal. Por varios días trató de averiguar lo que realmente paso con mi padre en Estados Unidos. Se armo con algunos abogados, con una historia creíble y con el apoyo de nuestro país.

Mi madre tuvo que salir por unos días a Nueva York. Me pidió que no me involucrara más es este asunto, que ella se encargará sola, y que cuide la casa en su ausencia.

(12 de Enero 2012)
Han pasado ya casi dos semanas desde la partida de mi madre. Me habla seguido para saber cómo estoy y me cuenta que es un verdadero relajo allá, que se ha convertido en un conflicto nacional y que ya hasta salió en las noticias.
Mi madre se encuentra con otras cinco familias con casos similares: “Brutal asesinato de familias en el extranjero”. Lo similar es que eran todos mexicanos en suelos estadounidenses y la escusa de su gobierno era la misma: “Eliminan peligrosa banda de criminales”. Todo esto yendo muy lejos. Solo esperó que no pase nada grave.

Al día siguiente, despertando de mis sueños, se me hizo extraño no escuchar el teléfono por la llamada de mi madre todos los días. Preocupado le hablé a la vecina que se encontraba apoyando a mi madre en Estados Unidos. Me dijo que no tenía comunicación con ella desde ayer en la noche.

Posteriormente encendí la computadora, la televisión, la radio para encontrar cualquier tipo de información relacionada con mi madre. Hasta que escuche en las noticias un acontecimiento realmente lamentable: ”Mueren 20 personas en Estados Unidos. Entre ellos están 4 menores de edad, 10 policías estadounidenses, 5 civiles y un mexicano, que al parecer, causó toda esta desgracia”

La nota describe que un hombre de nacionalidad mexicana exploto una jefatura de policía con una pequeña granada o bomba casera, según describen, sin razón alguna. El Gobierno de Estados Unidos tomó cartas en el asunto rápidamente, acusa a México de un ataque terrorista, afirma que hay más cómplices y pide la captura de cualquier mexicano en suelo estadounidense relacionado con este acontecimiento.
A la vez, México niega cualquier atentado en contra del país de las barras y las estrellas. También describe las acciones de su gobierno como “Des humanas”
La cosa esta que arde entre las dos naciones.



Investigando más a fondo encontré, en un portal de internet, que el hombre Mexicano que se exploto con la jefatura de policía era inocente. La página web describe sus más recientes acciones trabajando en una pastelería en Nueva York, y como fue inculpado su gobierno. Muestra videos donde claramente se ve sometido por policías Estadounidenses, y en un descuido, saca un artefacto explosivo y grita sus últimas palabras:
“¡Ya no mas desigualdad!”
Misteriosamente después, intente abrir de nuevo la pagina, pero esta había desaparecido.

Angustiado, recibí una llamada a media noche, ¡era mi madre! Me dijo:
“Mi amor, solo tengo pocos segundos. Me detuvieron autoridades estadounidenses, por el simple hecho de ser mexicana, estoy muy asustada, no sé si pueda regresar, solo quiero que decirte que te quiero”…
(…)
¡No puede ser! ¿Qué había pasado con mi madre? Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo. Estaba completamente solo y no sabía qué hacer.


La siguiente mañana me arme con mis cosas más importantes, con mucho valor, y me decidí a buscar a mi madre. Aunque no sabía por dónde empezar.
Momentos después, recibí la visita inesperada de mi amigo Alberto, desesperado, me dijo que buscaba alimento, ropa, agua y cualquier cosa necesaria. Me explico que Estados Unidos está por declararle la guerra a México, que si no nos damos prisa todo lo que conocemos será destruido y que él no se iba a quedar con los brazos cruzados.


“¡La guerra nos ha alcanzado! Iré con mi tío y otras personas a la frontera con Estados Unidos, antes de que arrasen con las ciudades importantes de México. Buscare a mi prima que se encuentra allá y la traeré de vuelta.” Es lo que dijo Alberto al explicarme lo que pretendía, y si pensarlo dos veces le dije: “Voy contigo.”

Me enliste para ir a la frontera con E.U. para de alguna forma pasar al otro lado y buscar a mi madre que se encontraba allá, traerla de vuelta y encontrar un lugar seguro donde podamos estar.
Todo esto suena a una gran locura, pero yo tengo fe en mí, en las personas con quien voy a viajar y en mi país. Resulta que el tío de Alberto, no solo tienen contactos importantes en Estados Unidos, si no que, es uno de los lideres de un cartel importante en México. (Con razón siempre tenía dinero mi amigo). Me explicaron que su hija Ashley estudiaba en Nueva York, pero con todo este conflicto la detuvieron. Están aplicando en serio la nueva ley de impureza racial en Estados Unidos, donde describe que: será detenido cualquier persona de nacionalidad latina o mexicana en territorio estadounidense.


Alberto y su tío Adolfo, mejor conocido como "el führer", (por honor a Adolf Hittler.) quieren recuperar a Ashley a cualquier costo, sin importar quien se cruce en su camino. Para esto, tienen el apoyo de varios de los grandes carteles en México, de muchas personas dedicadas dispuestas a todo, y están armados hasta los dientes. No tenía idea con el tipo de persona que me estaba involucrando, a lo que se dedicaban, y a cuantas personas habían matado anteriormente, pero eso no me importaba. Ahora solo quería llegar a Estados Unidos con la ayuda de estas ellos, buscar a mi madre y si tengo que matar a uno que otro gringo: “que así sea”.

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